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Estudios Sociales

30.06.2017
Mexico
ESP |

La afición al automovilismo en México

Este artículo presenta el desarrollo de un análisis sociológico de la afición mexicana al automovilismo deportivo
Pedro y Ricardo Rodríguez

El análisis figuracional de Norbert Elias

“Figuración” es el concepto mediante el cual Norbert Elias trata de comprender las formas que adquieren las sociedades humanas. El concepto vincula directamente al individuo con las estructuras que lo rodean, entrelazándolos en una relación compuesta por interacciones reciprocas entre los participantes y que además involucra al todo social en un proceso de reproducción histórica de sí mismo.

La figuración, además de explorar las interacciones entre los actores individuales y colectivos que le conforman, permite explicar la integración de los diferentes tejidos que componen una sociedad.

El proceso civilizatorio descrito por Elias construye a los individuos a través de una tríada de fenómenos constituyentes que son: la biogénesis, que engloba, evidentemente, la constitución biológica de la especie humana, la psicogénesis, que refiere a la introyección de los controles decontrolados propios de las sociedades en la psique de los individuos, determinando los rasgos de su personalidad, y la sociogénesis, que dota de un imaginario colectivo a los grupos humanos, por lo que “cada uno de los individuos que forman entre si tales configuraciones es único e irrepetible”. El individuo sólo se logra a través de la interacción entre los mismos, y “en ese sentido, el individuo ha de ser interpretado como una forma específica de su sociedad y esa especificidad se expresa mediante las personalidades”.

Así, el estudio de la afición al automovilismo deportivo en México pasa, en este primer momento, por una exploración de cómo las uniones entre sus eslabones, que en este caso se identifican con un sentimiento afectivo por correr automóviles, permiten la reproducción de la propia figuración, además de darle forma a las organizaciones que le componen, esto sin dejar de observar las formas en que se ha transformado a lo largo del tiempo.

 

La afición mexicana al automovilismo deportivo

El primer antecedente del automóvil se encuentra en la Revolución Industrial, donde el gusto de las cortes europeas por mostrar al público los últimos avances de la técnica y la ciencia, estimulaban a los ingenieros de la época a innovar constantemente. Un primer fruto lo encontramos en 1673, con la aparición de una máquina impulsada por la dinamita y cuyo pistón es el principal antecedente del motor de combustión interna. James Watts en 1768 y Cougnot en 1771 darían los siguientes pasos en la historia del auto. Aunque el desarrollo de un vehículo con un sistema de propulsión propia no daría los pasos más importantes de su historia sino hasta la aparición de las innovaciones de Karl Benz, Gottlieb Daimler y Wilhem Maybach en 1885.

A partir de ese momento, ingenieros de Europa y Estados Unidos, que para ese entonces se encontraba en un proceso de expansión, explorarían los límites de las máquinas a través de la competición industrial y deportiva, frentes que nacieron prácticamente al mismo tiempo.

El nuevo invento llegaría a México durante el Porfiriato como parte del impulso modernizador del momento; posteriormente, y bajo la dirección de la ideología revolucionaria, sería un instrumento modernizador que respondía de manera desigual a las necesidades de la sociedad mexicana, polarizándola a la par de permitir la llegada de numerosos avances automovilísticos.

La celebración de la Carrera Panamericana y la construcción del Autódromo Hermanos Rodríguez fueron los primeros productos de la modernización mexicana, alentados a su vez por la creciente y positiva respuesta de la afición automovilística cuyo crecimiento había quedado en pausa durante la guerra civil de principios del Siglo XX. La exportación de excelentes pilotos mexicanos y la organización del Gran Premio de Fórmula 1 en el país serían el punto final en la institucionalización del deporte motor nacional.

La inestabilidad económica y la falta de continuidad y congruencia entre los proyectos políticos presentados durante el Siglo XX interrumpieron la actividad automovilística, aunque sin suprimir a la afición, puesto que los primeros pasos de la disciplina pudieron sentar una base simbólica importante que mantuvo a flote una búsqueda de las emociones generadas al correr automóviles, sobrellevando los periodos más difíciles. El que una cantidad de personas compartieran esta afección le ha dado sentido no sólo a la actividad automovilística, su afición y sus instituciones, sino que también ha logrado, después de muchos años, darle un papel importante en la historia y desarrollo de la sociedad mexicana moderna. Nuestra atención no se centra en perfiles socioeconómicos de los aficionados, sus prácticas culturales o sus producciones materiales, sino en las maneras en que manifiestan su afección por correr automóviles y cómo estas expresiones contribuyen a la formación y reproducción de la afición automovilística mexicana.

 

Conclusiones

En México, el arribo del automóvil y su uso deportivo, estuvieron marcados por un proceso de industrialización fuertemente impulsado por el Estado mexicano, aunque en el caso del deporte motor, el apoyo estatal se fue desvaneciendo conforme las administraciones lo veían como una actividad poco compatible con el discurso de igualdad social que caracterizó a los políticos posrevolucionarios. A pesar del clima adverso, la afección por correr automóviles y los símbolos más importantes de la actividad automovilística nacional, como la Carrera Panamericana, el Autódromo Hermanos Rodríguez y pilotos de talla internacional como Pedro y Ricardo Rodríguez, Moisés Solana, Héctor Alonso Rebaque y Adrián Fernández lograron mantener a flote a la afición mexicana.

Finalmente, sólo cabe decir que la clave para entender el futuro de la afición mexicana por el automovilismo deportivo se encuentra en los mismos factores que explican su formación histórica. Además de la reproducción de la actividad impulsada por los miembros de la figuración, debemos recordar la influencia de los factores externos a ésta; entre estos factores quizá el más llamativo es el regreso de la Fórmula 1 al país, debido al peso que la llamada “máxima categoría” tiene a nivel político, económico, social y deportivo, que lo vuelve un detonante para la expansión de la actividad automovilística mexicana, una expansión que si bien tiene su inicio en factores meramente económicos, una de sus últimas repercusiones recae directamente en la expansión del grupo de aficionados, una tendencia que continuará mientras se vea beneficiada, e influenciada, por el entorno exterior.

Hugo Alejandro Avendaño Santoyo
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