Dentro de la amplia gama de actividades de raqueta que existen en el ámbito de la actividad físico-deportiva (tenis, frontón, squash, palas, tenis de mesa, bádminton…) queremos resaltar el pádel como el deporte que mayores beneficios reporta a nuestro alumnado. Podemos encontrarnos con los siguientes aspectos positivos:
Manejo sencillo del implemento. De cara a iniciarse en un deporte de raqueta al alumno le resulta mucho más fácil manejar una pala que una raqueta con cuerdas. En el mercado nos encontramos con palas de diferentes pesos, tamaños y formas que se adaptan al nivel del practicante. El tiempo que un alumno tarda en poder devolver la pelota al campo contrario con cierto control es sensiblemente inferior en el pádel que en el tenis.
Pista cerrada. Cuando jugamos en una pista de tenis empleamos mucho tiempo en ir a buscar las pelotas tras acabar un punto. La pista de pádel es cerrada, lo que nos ahorra ese tiempo extra. Esta justificación que parece tan banal puede resultar determinante para practicar un deporte extraescolarmente, sobre todo en el caso de aquellos alumnos que manifiestan cierta pereza motriz y sólo disfrutan cuando eliminamos ciertos aspectos externos al juego.
Contactos con la pelota. El intercambio de golpes es sensiblemente superior en el pádel que en el tenis. Esto unido a que el recinto es cerrado y no perdemos el citado tiempo extra nos da como resultado un número mucho mayor de contactos por alumno tras una clase de Educación Física. Conclusión simple: mejora de la competencia motriz del alumno en menos tiempo. Esto es vital en una materia que en España tan sólo abarca dos periodos lectivos semanales.
Exigencia física. Las características de este deporte hacen que sea apto para todos los públicos. Es una vía perfecta para incidir en todas las capacidades físicas básicas sin un elevado riesgo de lesión, sobre todo a nivel articular. Sólo hace falta compararlo con otros deportes de raqueta que por la agresividad de sus esfuerzos (squash) o la dureza del terreno de juego (tenis) son mucho más lesivos. Es un deporte muy técnico en el que la preparación física no es tan determinante como en otros. Un claro ejemplo lo encontramos en el top ten de la FIP (Federación Internacional de Pádel), en el que la mitad de los jugadores que se encuentran en este ránking tienen más de 35 años (incluyendo jugadores de 40 y 41 años compitiendo al máximo nivel).
Transferencia a otros deportes de raqueta. Los deportes de implemento tienen fundamentos comunes que posibilitan el disfrute de otras modalidades sin necesidad de empezar de cero. En Educación Física, con tan sólo dos clases semanales, es fundamental. Así, jugando al pádel, tendremos una base para una amplia gama de deportes de raqueta como el tenis, squash, frontón, bádminton, palas, tenis de mesa… Además, si compramos raquetas de pádel, las podremos utilizar en otras circunstancias aunque no sea el material específico (en un frontón, en la playa…).
Deporte en auge. El pádel es un deporte joven, de reciente historia, pero que se ha extendido en España (tras su desarrollo en América del Sur) de forma espectacular. En sus inicios era considerada como una actividad elitista ya que los costes de la instalación y los materiales no estaban al alcance de cualquiera. Pero en la actualidad podemos hablar del “boom del pádel” ya que tanto administraciones públicas como empresas privadas han apostado por este deporte y día a día aumenta el número de pistas en nuestro país, lo que ha contribuido a la popularización del pádel. Tal es el auge de este deporte que muchas zonas residenciales incluyen canchas de pádel dentro de sus urbanizaciones. Por lo tanto, una vez que el alumno consiga un dominio básico de la actividad en nuestras clases, es tarea del profesor ofrecerle un listado de todas las canchas a las que puede tener acceso, con el único objetivo de que siga jugando.
Deporte de cooperación-oposición. El pádel es un deporte que se juega con compañero y contra 2 adversarios. Las modalidades de dobles ofrecen al alumno un beneficio extra, basado en la necesidad de cooperar con tu compañero para obtener un objetivo común. Los alumnos se tienen que poner de acuerdo con su pareja para ocupar un lado u otro de la cancha e incluso cruzarse durante un punto, cubrir la red, colocarse en sitio determinado cuando saca tu compañero… En definitiva; jugar sincronizados para evitar desajustes. La oposición es completamente diferente a la que se da en deportes colectivos, ya que en el pádel jugamos con una red que separa a cada equipo, por lo que el contacto físico no existe. Los conflictos son menos frecuentes en este deporte y los alumnos aprenden a saber ganar y perder sin excusas y a jugar sin la necesidad de que haya alguien que arbitre (algo impensable en muchos deportes).
Diversión. Es el motor de la actividad. Todos los deportes de raqueta destacan por el alto grado de diversión que proporcionan sin necesidad de una gran organización (con 2 personas basta para jugar). El pádel ofrece un disfrute extra gracias a los diferentes golpes posibles (directos, vuelta de pared, contra la misma), la reja, la posibilidad de sacar la pelota fuera de la pista y seguir con el juego… En definitiva, que ofrece posibilidades añadidas con respecto a los demás deportes de raqueta.
Material asequible. Para jugar al pádel en la clase de Educación Física tan solo hace falta una pala y una pelota (aunque las pelotas de pádel tienen menor presión, para el contexto educativo nos sirve la clásica de tenis). Opciones: que el departamento de Educación Física compre palas de pádel. Este tipo de palas son una buena inversión ya que al no tener cuerdas no tendremos que gastar dinero en repararlas en el futuro. Teniendo en cuenta el nivel de exigencia de nuestras clases estas palas tendrán una vida larga, siempre y cuando consigamos que los alumnos las utilicen de acuerdo a su función principal: golpear la pelota. La pala más básica cuesta entre 15 y 20 euros en las grandes tiendas deportivas por lo que no supone un gasto excesivo. Además muchos clubs deportivos tienen raquetas que ya no valen para la práctica competitiva y podemos tener acceso a ellas a un precio asequible. O también, que los alumnos compren las palas. Esta es la opción más recomendable, no tanto por el aspecto económico, sino por la posibilidad de aprovechamiento de la misma en horario extraescolar (jugar un partido con los amigos, dar golpes contra una pared, jugar a las palas en la playa…).
Organización sencilla de la clase. Aunque la organización va a depender de la cantidad de material que tengamos es sencillo organizar nuestras propias clases de pádel. Aspectos a tener en cuenta: Instalación y materiales. El polideportivo es un lugar perfecto para llevarlo a cabo. Las pistas de pádel constan de 4 paredes (2 laterales y 2 de fondo), de las cuales el polideportivo nos ofrece 2 (una de fondo y una lateral). Las otras 2 las podemos hacer con material viejo (mesas, bancos suecos, sillas, armarios, colchonetas…) Obviamente la cantidad de material que tengamos va a definir el tipo de pista en la que va a jugar el alumno, pero con imaginación es sencillo montar 4 canchas en el polideportivo (cada una en una esquina), donde pueden jugar simultáneamente 16 alumnos. Si tenemos más alumnos las paredes que quedan libres permiten practicar golpeos en situación facilitada o incluso jugar al frontón y simultanear ambos contenidos en la misma clase.