La práctica de un deporte de manera regular ofrece numerosos beneficios para la salud de las personas. Por una parte mejora la condición física, reduce el riesgo de enfermedades crónicas y reduce el estrés y la ansiedad. Y además permite compartir sensaciones placenteras y disfrutar con amigos.
Sin embargo, es conveniente tener ciertos cuidados en cualquier práctica deportiva para prevenir daños o lesiones, como realizar un correcto calentamiento previo, usar el equipo de protección adecuado, estar hidratado antes, durante y después de la actividad y seguir las reglas de juego.
Algunas prácticas corporales son peligrosas en sí mismas y pueden llevar a sufrir daños severos, como son los deportes extremos. Es el caso del esquí fuera de pista, el montañismo, la escalada en roca o hielo y el paracaidismo. Otros deportes, por su lógica competitiva y de enfrentamiento también suelen provocar lesiones que van desde esguinces hasta fracturas como el rugby, el fútbol americano, el fútbol, el waterpolo, el balonmano, el hockey sobre césped, el tenis, el boxeo y el baloncesto.
Muy comunes son las heridas y quemaduras leves en la práctica deportiva y en actividades de ocio; es importante limpiarlas y curarlas adecuadamente. Está indicado el uso de polvo y la pomada cicatrizante, como por ejemplo Blastoestimulina, La pomada penetra en la piel y permite una correcta cicatrización y el polvo se aplica a lesiones que requieren aireación y secado rápido. También se debe recurrir a atención médica si la herida es grave o si no cicatriza correctamente.
En deportes en los cuales el uso de la fuerza es determinante como en Levantamiento de Pesas, las lesiones ocurren por sobrecarga o excesos de compromiso de un músculo o ligamento, al realizar los movimiento técnicos de forma incorrecta y por un entrenamiento inadecuado, lo que puede provocar desgarros y roturas musculares.
Siempre es conveniente atender a lo que transmite el propio cuerpo. Ante un dolor, es necesario parar y hacer reposo. Si el dolor persiste, es beneficioso consultar a un médico especializado para obtener diagnóstico y tratamiento adecuados. El tratamiento para las lesiones deportivas puede variar según el tipo y la gravedad de la lesión. Puede incluir reposo, hielo, compresión, analgésicos, fisioterapia y, en algunos casos, cirugía.
Además, de ser posible, es ventajoso participar en actividades dirigidas, orientadas por profesionales de la Educación Física con experiencia en la práctica que se desea realizar, quienes pueden realizar un seguimiento adecuado en cuanto a la intensidad del esfuerzo y a la enseñanza de los ejercicios de forma correcta.
Existen asimismo prácticas corporales de baja intensidad, las cuales realizadas de forma recreativa tienen un riesgo de lesión muy bajo y brindan enormes beneficios sociales y de salud, como la caminata, el yoga, la gimnasia acuática, el ciclismo, Pilates, el Tai chi, el baile y el golf.
Es clave elegir el deporte que permite vivenciar momentos placenteros. De esta manera, es posible prevenir lesiones y mantenerse en actividad y saludable a lo largo de toda la vida.