Los programas relacionados con el VIH y las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) ofrecen una oportunidad para fortalecer y acelerar las actividades actuales de promoción de salud en las escuelas. La enseñanza tendente a prevenir el VIH y las ITS debe formar parte de la educación sobre la salud reproductiva, la preparación para la vida, el consumo de alcohol u otras sustancias y otros temas sanitarios importantes; además, debe incluirse en otros sectores temáticos, según proceda, y establecerse en las políticas oficiales.
Esta enseñanza ha de reforzarse mediante prácticas escolares destinadas a promover la autoestima, el cuidado de la propia persona, el respeto, la toma de decisiones, la autoeficacia y las condiciones que favorecen un desarrollo sano de los estudiantes y del personal docente y no docente. Esto se consigue, por ejemplo, por medio de la elaboración de materiales y vías de promoción, la formación del profesorado, la supervisión y la participación de los padres y la comunidad.
Para que los adolescentes adopten pautas de comportamientos saludables y responsables, no basta con que aprendan los aspectos biomédicos de la salud sexual y reproductiva. Igualmente importante es que aprendan a hacer frente a las demandas cada vez más complejas de las relaciones, en particular a los contactos con personas de otro sexo y a las situaciones de conflicto; a adoptar prácticas sin riesgo y a relacionarse con el creciente número de personas que viven con el VIH o el SIDA.
Los programas de prevención y de promoción de salud deben comenzar a la edad más temprana posible y, sin duda, antes del inicio de la actividad sexual. Las aptitudes que permiten a los jóvenes hacer frente a las situaciones de riesgo de infección por el VIH-SIDA son, además, fundamentales para prevenir muchos otros problemas de salud.
Entre ellas figuran las que les capacitan para responder adecuadamente a peticiones de relaciones sexuales, tomar decisiones responsables ante opciones difíciles, aplicar las técnicas de reducción de riesgos, rechazar las relaciones sexuales sin protección una vez iniciada la vida sexual, y buscar apoyo y cuidados apropiados, incluidos los servicios sanitarios y el asesoramiento.
Con respecto al SIDA se conoce el agente causal y como se propaga de una persona a otra, también se han identificado conductas riesgosas que hacen que unas personas sean más propensas a contraer la infección por el VIH.
Según Montagnier en 1993 “La prevención es el único medio de lucha contra la propagación del SIDA. Se trata de una enfermedad ligada al comportamiento (sexual y uso de agujas y jeringuillas). Solo un cambio de estas conductas nos puede proteger y limitar el mal, en espera del tratamiento y la vacuna”. Mientras no se disponga de una vacuna, para esta infección, la educación constituye la estrategia más eficaz. Por el momento, la prevención no solo es la respuesta más económica sino también la más concreta y eficaz: ella favorece los cambios de comportamiento gracias al conocimiento que difunde, las actitudes que promueve, gracias a una comunicación eficaz. Se trata de llamar la atención sobre los riesgos de infección y las vías para evitarlos o disminuirlos al máximo posible, es decir, es necesario hablar de prevención.
Existen tres formas de lucha contra cualquier epidemia: eliminar la fuente de infección, inmunizar a la población e interrumpir la cadena de transmisión vírica, esta última es la única factible hasta el momento en el caso del SIDA. Se establecen tres niveles de prevención:
Cuando se habla de prevención en general se hace referencia a la prevención primaria, es decir, a las acciones dirigidas a evitar nuevas infecciones, lo cual se puede lograr si:
La prevención implica investigación, conocimiento de la realidad, reflexión, evaluación; es estar capacitados y dispuestos a evitar los riesgos que un problema pueda ocasionar y buscar soluciones o alternativas a dicho problema. La prevención consta de principios básicos:
El trabajo preventivo se dirige fundamentalmente a:
Para los sistemas de salud y educación representa un desafío importante, cómo contribuir a que la etapa de la adolescencia transcurra exitosamente, con satisfacción de la calidad de vida y de sus necesidades de salud, bienestar y desarrollo, teniendo en cuenta que en las últimas generaciones se manifiesta cada vez más temprano la maduración sexual y la participación activa de los y las adolescentes en la esfera social, cultural y económica.
Si se tiene en cuenta que las ITS aumentan cada año en edades más tempranas, siendo frecuentes la sífilis, la blenorragia, los herpes, condilomas y clamidias a las cuales se añade el VIH-SIDA, que anualmente aumenta la cifra de infectados, se justifica considerar como el más idóneo de los tratamientos para evitar estos males, la prevención y la promoción, que tienen su mejor agente en la educación sexual.
Teniendo en cuenta las características del Sistema de Salud Zambiano sus tradiciones establecidas en los últimos 50 años, el nivel de educación de la población, la situación social existente y la aparición de la enfermedad se adoptaron como premisas básicas las siguientes:
La transmisión sexual constituía el elemento principal de riesgo y hacia esta vía debían dirigirse los esfuerzos principales. Debido a que Las ITS-VIH-SIDA afectan a la población joven deben dirigirse los esfuerzos hacia la misma de manera que modifiquen hábitos y conductas sexuales que favorecen la transmisión de estas infecciones. Por lo que la OMS señala que se debe insistir sobre los aspectos siguientes:
Para evitar que estas afecciones se conviertan en un grave problema de salud, reducir su incidencia y proporcionar una mejor calidad de vida en la población, se aprobó y se puso en vigor el Plan Estratégico Nacional ITS-VIH-SIDA, 1999-2003 que es una herramienta fundamental para guiar las políticas y acciones de tan importante programa de salud en los próximos años.
El Programa Nacional de Prevención y Control de las ITS-VIH-SIDA tiene como propósito lograr que estas entidades no constituyan un problema de salud, disminuir la vulnerabilidad a la infección en la comunidad, garantizar una atención integral, de calidad y potenciar y coordinar todas las actividades en la implementación del “Plan Intersectorial”, para el desarrollo de acciones integradas en la prevención y control de estas enfermedades en la República de Zambia.
Conclusiones
En el contexto actual de la comunidad se aprecia un alto índice de ocurrencia de enfermedades de transmisión sexual, determinado por falsos conceptos y desconocimientos de los preceptos de la prevención, apoyado por los testimonios de padres, médico de la familia y dirigentes comunitarios los cuales alegan que la educación sobre la prevención en el ámbito comunitario es deficiente.