La pubalgia es la expresión de síntomas localizados a nivel del pubis, con irradiaciones dolorosas hacia los adductores, los abdominales y los arcos crurales. Estas irradiaciones no son constantes de acuerdo con la gravedad de la pubalgia. Aisladas o asociadas, se pueden agravar con repercusiones viscerales: vejiga, intestinos, estómago.
Realicemos un recuerdo anatómico y fisiológico para comprender como está constituido el cinturón pélvico:
Los huesos ilíacos se unen por detrás con el sacro, mientras que por delante lo hacen a través de la sínfisis púbica.
La pelvis está dotada de cierto grado de elasticidad, lo que faculta a soportar o amortiguar ciertos choques. Esto se debe a la estructura de los huesos y las articulaciones que la conforman:
Articulaciones sacroilíacas.
Sínfisis de pubis.
La solidez de estas articulaciones permite movimientos muy limitados, por lo que la hipermovilidad en alguna de ellas puede provocar dolor.
La sínfisis del pubis es una articulación del tipo anfiartrosis, unida por un ligamento interóseo, uno superior, uno inferior, posterior y anterior. Este último es muy resistente, debido a estar formado por el entrecruzamiento de las fibras tendinosas de los músculos:
El cinturón pélvico, si lo vemos desde la estática, notaremos que conecta el tronco con los miembros inferiores, por lo que es una de las causas importantes en la transmisión de esfuerzos.
A modo de ejemplo, mientras estamos parados, el peso corporal se transmite desde la columna lumbar al sacro, luego a las articulaciones sacroilíacas, al ileón, acetábulo para seguir a la cabeza del fémur continuando por el eje mecánico de los miembros inferiores. No debemos despreciar que por efectos de la tercer ley de Newton (acción y reacción), ese esfuerzo que se transmite por el eje de los miembros inferiores al llegar al piso recibe una reacción igual y de sentido contrario que asciende por el mismo eje y al llegar al acetábulo se divide en una fuerza que viaja por la rama ileopubiana y se encuentra con la misma fuerza del lado opuesto, las cuales se anularán a nivel de la sínfisis. Aquí esa masa fibrosa, ligamento interóseo, que está entre los huesos del pubis se comporta como un disco interpubiano verticalizado.
Cuando el deportista corre el pie de apoyo transmite una fuerza, como vimos reaccional en sentido contrario que tiende a horizontalizar el sacro y aumentar el ángulo isquiocoxígeo.
La acción de los ligamentos sacrociáticos y la contracción del músculo piramidal de la pelvis, impiden que esto último suceda.
Del lado del pie suspendido, el peso del miembro, repercute a nivel de la cresta iliaca y sufre un movimiento de anterioridad alrededor de la articulación coxofemoral. Esta tiende a descender. El pubis de ese lado tiende a descender. El pubis de ese lado tiende a descender, lo que provoca el cizallamiento de la articulación.
Para resumir lo expresado anteriormente nos encontramos con dos factores fundamentales en la aparición de las pubalgias:
¿Qué es la pubalgia?
Inicialmente diremos que también se le conoce como Pubialgia o Entesistis Pubiana, no es más que la inflamación crónica de las inserciones de los músculos del pubis (hueso ubicado en el vientre bajo), existe la Pubalgia Alta: Cuando se inflaman los músculos recto anteriores del abdomen (llamados "abdominales"). La Pubalgia Baja: cuando el daño es a nivel de los músculos adductores (son tres: mayor, medio y menor) usualmente es del adductor mediano; y es adductor y no abductor como a veces leo en algunos periódicos deportivos; el adductor adduce el miembro, o sea lo lleva hacia adentro, y el abductor lo lleva hacia fuera y se localizan en la parte lateral (glúteos, etc.) a no confundirse... También hay la Pubalgia Mixta, cuando se conectan ambos grupos musculares.
Se ha comprobado que hay factores predisponentes para la existencia de esta dolencia como hiperlordosis lumbar (mucha curvatura a nivel lumbar), dismetría de miembros inferiores (una pierna más corta que otra), pies planos o cavos, etc.; aparte puedo decir que en los países del Plata hay más incidencia que en los países andinos por ejemplo.
Es una enfermedad muy rebelde y creo que lo más importante para una pronta mejoría es entender el origen de la enfermedad para así poder tratarla bien pero, sobre todo prevenirla. Es una enfermedad ocupacional: Así como las secretarias padecen de Síndrome de Quervain (tendinitis de los dos primeros dedos), los tenistas de Epicondilitis, los adolescentes con su Osteocondritis de Osgood-Chlatter, son inflamaciones por sobreuso, ya que los abdominales y adductores son músculos que intervienen en el acto de shot (o de patear); es por este motivo que se produce la inflamación crónica y que provoca primeramente dolor al esfuerzo y luego ya en reposo.