Introducción
El mundo contemporáneo le ha exigido al Deporte de altas marcas, cambios que lo hacen más espectacular, comercial y profesional, además de su carácter discriminatorio, selectivo e invasivo que por su naturaleza se ha desarrollado en el devenir del tiempo.
En la actualidad se ha desarrollado un nuevo concepto en el Deporte, “Inteligencia Deportiva”, este concepto no se refiere a inteligencia emocional, ni inteligencias múltiples, ni depende del coeficiente de inteligencia, es un nuevo término que responde entre otras cosas al estudio de contrarios y una preparación personalizada en función de fortalezas y debilidades del atleta y el contrario.
Este se retoma del mundo empresarial, quizás de la feroz competencia entre empresas y corporaciones multinacionales en el cual se le denomina Inteligencia Empresarial o competitiva.
En un primer momento las empresas solo pensaron en la recolección de información y el análisis de la misma, pero el fenómeno es más complejo, porque después de ese paso de recibir y analizar todo el caudal de información necesariamente hay que llevar a cabo un grupo de acciones para lograr objetivos y metas realmente exitosos.
Desarrollo
Necesariamente hay que partir de algunas definiciones como la que tomamos del texto “Inteligencia Tecnológica Competitiva. Una visión pragmática” el cual la define como: “La inteligencia competitiva es un programa sistemático para identificar, colectar y analizar información sobre el entorno y las actividades propias de una organización, así como para hacer uso oportuno de tal información para la toma de decisiones. La inteligencia tecnológica competitiva (ITC) es una rama especializada en aspectos científicos y tecnológicos que afectan el desempeño competitivo de la organización. Así, la ITC es una herramienta de gestión que permite a los directivos de una institución tener la sensibilidad sobre oportunidades, amenazas y desarrollos científicos y tecnológicos externos que pueden afectar su situación competitiva en función de los recursos con los que cuenta, con el fin de elaborar planes, programas y proyectos relevantes” (Solleiro y Castañón, 1998).
En el Deporte podríamos definir la inteligencia aplicada al deporte o deportiva como “Conjunto de acciones que pretenden prever los cambios necesarios, para organizar los procesos esenciales en el aseguramiento de la instrucción para el entrenamiento y las competencias, y la obtención del éxito en los objetivos propuestos”.
Para este autor no basta con la obtención de información, es necesario procesarla y tomar decisiones acordes a las debilidades y fortalezas que poseemos, para prepararnos en las debilidades además de mantener y ocultar aquellos aspectos o elementos donde poseemos fortalezas de las cuales puede depender nuestro éxito en la competencia.
En el texto “Inteligencia Tecnológica Competitiva. Una visión pragmática” se plantea que en el contexto empresarial se tiene en cuenta de la siguiente forma “…contrariamente a lo que plantean diversos autores, afirmamos que el concepto no solamente debe limitarse al análisis de eventos externos, sino también a su comparación con la situación interna de la organización en cuestión, pues solamente a partir de la combinación de ambos contextos, puede llegarse a la toma de decisiones…”
Desafortunadamente, la definición de inteligencia tecnológica competitiva se utiliza frecuentemente como sinónimo con los términos de datos o información. Lo mismo pasa con la inteligencia deportiva, en realidad muchos especialistas de la actividad deportiva se limitan a hablar de estudio de contrarios, lo que por supuesto lo consideramos que es una visión muy estrecha, en este artículo más adelante hablaremos de etapas y acciones que permiten tener un espectro más grande de este nuevo término en el mundo del Deporte.
Otro elemento a tener en cuenta es el objetivo de la inteligencia, en el caso de la Inteligencia tecnológica competitiva ITC el objetivo es entonces reforzar la competitividad de una organización proporcionando los medios para tener respuestas oportunas y racionales a las señales que ofrece el entorno.
Pero no basta con la obtención de información, es necesario procesarla y tomar decisiones acordes a las debilidades y fortalezas que poseemos, para prepararnos en las debilidades además de mantener y ocultar aquellos aspectos o elementos donde poseemos fortalezas de las cuales puede depender nuestro éxito en la competencia.
Por tanto la inteligencia deportiva tiene que estar encaminada a fortalecer la competitividad del atleta o el equipo, a partir de la adquisición y manutención de la forma deportiva acorde a los medios, para tener respuestas oportunas y racionales a las situaciones que se puedan presentar en las competencias.
Aún así, es necesario para llevar a cabo la Inteligencia Deportiva (ID) cumplir con un grupo de principios, los cuales también funcionan de forma sistémica y aparecen a continuación:
Este último principio sustenta la aparición de funciones, fases, acciones y un objetivo que no se limitan solo al estudio del contrario, podemos tener la mayor información de los participantes en la próxima competencia, utilizar la mejor y más sofisticada tecnología con ese fin, incluso hacer debates con el colectivo técnico, pero los pasos a seguir y las acciones utilizadas en el momento adecuado, constituyen una cadena que permite evaluar la eficacia de nuestra planificación para obtener logros mediante la utilización de la ID.
Conclusiones