En días de de encierro afloran necesidades de movimiento en niños y niñas que en muchos casos se hace difícil satisfacer
Producto del coronavirus, estamos transitando por días complicados para nuestra sociedad. De golpe y sin previo aviso quedamos confinados al encierro con la intención de cuidarnos y cuidar al otro. Algunos lo hacen en grandes casas con amplios patios. Otros en el campo, y algunos en pequeños departamentos sin patio y sin espacios al aire libre.
A medida que los días avanzan, la cuarentena comienza a calar más profundo en nuestras vidas y sobre todo en los niños y niñas. Así afloran muchas necesidades (económicas, afectivas, etc.) que en algunos casos no es sencillo satisfacer, una de ellas es la necesidad de movimiento.
Es curioso ver cómo los especialistas de diferentes áreas recomiendan para este periodo de “puertas adentro” realizar actividad física (cómo así también actividades vinculadas a la música y las artes visuales) para mantenernos no sólo físicamente saludables sino también a nivel mental.
Es aquí donde la Educación Física toma relevancia y se erige como la solución a una problemática que debemos resolver para que la misma no tenga consecuencias en nuestros niños y niñas y, por supuesto, en sus familias.
Es sabido por todos el lugar que la disciplina ocupa en la escuela (y en la sociedad en general) y la valoración que hay por parte de la gran mayoría de los actores institucionales sobre ella. La misma es considerada muchas veces simplemente un espacio para que los maestros descansen, un recreo controlado donde los niños y niñas puedan jugar, un complemento de la educación intelectual y moral que es la que se da dentro del aula con las asignaturas de corte enciclopedista reduciendo a la Educación Física a una simple descarga de las tareas áulicas siendo este un momento de descanso del esfuerzo intelectual.
Pero ahora que la quietud es angustiante, la “Cenicienta de la escuela y de la familia” como Porteau llamó a la Educación Física, debe dar respuestas que “rompan” con el sedentarismo en los hogares de la población. Así el “profesor de gimnasia” (como si la Educación Física solo fuera eso) cobra una relevancia vital que se refleja sobre todos en las redes sociales (a través de la publicación de infinidad de rutinas y actividades que nos ayuden a “moverse” – campo a su vez invadido por infinidad de personas que nada tienen que ver con la EF, cuestión que no se desarrollará en este texto-) como así también en las aulas virtuales y grupos de WhatsApp de las escuelas donde la necesidad de un estímulo desde lo físico se hace imprescindible porque, como muchos padres expresan, sus hijos “caminan por las paredes” al no saber ya que hacer.
Muchos dicen que los profesores en Educación Física tenemos algo “especial”, somos creativos, divertidos, manejamos grandes grupos sin problema y podemos motivar a que cualquiera se mueva. Entonces aquí estamos, reinventándonos día a día, aprendiendo acerca de la virtualidad (para otras áreas es más fácil por ser teóricas llevar adelante su labor) grabando clases virtuales con ejercicios, creando los más ingeniosos circuitos, creando elementos con lo que hay en casa que permitan a nuestros estudiantes ejercitarse, buscando que el no poder tener contacto no deshumanice nuestra prácticas y sobre todas las cosas pensando y defendiendo que sin Educación Física jamás podríamos hablar de una verdadera educación integral.
Es innegable que hoy día el modelo de niño/alumno, niña/alumna que estamos formando (no solo desde la escuela sino también en cada hogar) ha cambiado. El avance de la tecnología y de las nuevas formas de comunicación y de expresión por parte de las nuevas generaciones nos presentan un nuevo desafío educativo acerca de cómo situar a estos cuerpos (que viven, que sienten, que se mueven, que desean, etc.) dentro de la escuela y la sociedad. Por esta razón es que no podemos seguir reproduciendo viejas lógicas de la escuela tradicional con alumnos del Siglo XXI.
Debemos entonces proponernos lograr que la actividad física, la vida en la naturaleza, el deporte, la gimnasia, el juego (qué importante volver a jugar) sean más atractivas para nuestros estudiantes que los celulares y las computadoras, y de esta forma minimizar las posibles consecuencias de las malas conductas y patologías que surgen producto del silenciamiento progresivo de los cuerpos hasta que lentamente desaparezcan sin dejar marcas en los más jóvenes.
Por lo tanto, parafraseando al Prof. Rodolfo Rozengardt, si el movimiento implica un complejo e intrincado conjunto de acciones, sentimientos, emociones ¿no debería la Educación Física tener un lugar destacado dentro del currículo escolar y de la sociedad toda? No tengo dudas en afirmarlo.
El trabajo responsable y consciente de los docentes del área será fundamental para poder llevar adelante tamaña tarea (nadie dijo será fácil). Debemos comenzar nosotros mismos por prestigiar nuestra profesión y ponerla a nivel de las demás que, por jerarquía epistemológica, nos han hecho creer son más importantes y necesarias que nuestro propio campo del saber.
Todo cambio comienza desde adentro, sin egos, sin individualismos, con autocritica, aceptando la palabra del otro sin querer imponer la propia. Si esto se hace bien, el cambio se multiplica.
Convirtámonos entonces en agentes multiplicadores de un cambio posible para lograr más y mejor Educación Física. Que la crisis que estamos atravesando nos encuentre más unidos y más fuertes, trazando líneas de acción en común que jerarquicen nuestra profesión y nos posicionen con más fuerza dentro de las instituciones y la sociedad. De nadie más depende.
Referencias
-
Rozengardt, R. (2020). Un viaje por la Educación Física. La Pampa, Argentina.
-
Porteau, S. (1896). Educación Física. En: El monitor de la Educación Común, año 16, Nº 278, Buenos Aires, Consejo Nacional de Educación, pp. 818-828.
-
Varea, V. (2013). Cuerpo y Educación Física: perspectivas latinoamericanas para pensar la educación de los cuerpos. Buenos Aires: Ed. Biblios.
---
Lic. Prof. Mariano Adorni
Profesor Universitario y Licenciado en Educación Física
Maestrando en Didáctica de la Educación Física
La Paz, Entre Ríos, Argentina