YO NACI PA' SER PAN FLAUTA
Eduardo "Lalo" Soto Rossi
Publicado en NEXO Sport Nº 90 – noviembre 1989 – Uruguay
Ocurrió durante los años de la dictadura, creo que en 1981 o 1982.
Cuando llego a una de las Escuelas donde estaba trabajando, encuentro a un gurí en la puerta de la Dirección. Era uno de esos muchachos correctos y me extrañó verlo lloriqueando, por eso le pregunté qué había pasado. La respuesta no se hizo esperar: "Yo nací pa' ser pan flauta"; lo inesperado de la misma me impactó y por un instante, el análisis del estado mental de Pires (así se apellidaba) estuvo rondando por mi cabeza.
Tal vez porque yo estaba descansado y bien comido y fundamentalmente, porque el muchacho era unos de los buenos "alumnos", lo invité a ingresar a la Dirección para conversar más tranquilos.
Habiendo superado esa media lengua de hablar y llorar al mismo tiempo, logré que me respondiera qué era lo que había pasado y su contestación me terminó de desorientar: "No nací pa' pan de molde".
Pudo ser que me viera la cara de asombro ya que, de inmediato, comenzó a explicar mejor la cosa. Tuvo un entredicho con la maestra y ésta lo expulsó de la clase, juzgando él como equivocada la acción de la maestra.
El era hijo de uno de los panaderos de la ciudad y también trabajaba en la panadería, por lo que sus vivencias estaban impregnadas por la levadura y el horno. Me explicó que el pan de molde se hornea dentro de una caja cerrada (un molde con tapa deslizante), por lo cual en la última leudada, la masa sólo puede extenderse hasta el contacto con todas las caras internas del prisma. Por esto, la distribución de los "ojos" es uniforme y las características esenciales de los panes de sandwich son siempre las mismas: "ojos" de igual tamaño, cáscara de igual espesor y cocción perfecta desde todas sus caras por el contacto directo con la chapa del molde.
Por el contrario, el pan flauta tiene comportamientos disímiles; ya que sus cortes son efectuados a mano por el maestro panadero, la última leudada no tiene límites y finalmente la ubicación en el horno influye en que este pan tenga "ojos" de distintos tamaños, un pan que a igualdad de peso tiene distintos volúmenes y panes que por su comportamiento dentro del horno y por su posición, se tuercen o se "paran".
Concluida su explicación, se calló la boca y por mi parte, no supe qué decir.
Fue un instante casi mágico..., el silencio de Pires y la sensación que se me mojaban los ojos.
La síntesis pedagógica
Lo que el muchacho había dicho eran dos perfectas síntesis de dos pedagogías contrapuestas. Era lógico que a un modelo autoritario en lo político, lo acompañara un modelo autoritario en lo pedagógico y bien sabemos que el modelo autoritario tiende a que todos seamos iguales, a que los valores y conductas sean "clones" de algo o alguien que el sistema entiende como lo únicamente válido. Pires, a pesar de no haber conocido o leído, pensaba junto a Martin Buber que cada persona "es original y distinta a las demás" y entonces, sin saberlo, se había inclinado por otra pedagogía. Una pedagogía que permitiera a cada uno ser actor o espectador de su propia historia, pero que, para ello, les entregara armas con las que defenderse: creatividad, autenticidad, criticidad.
Si hoy le pidiera a un "pedagogo" que me describiera esos dos modelos, estoy seguro que lo haría durante horas o días, llenaría hojas y hojas de papel y me inundaría con términos técnicos que, tal vez, no terminara de entender.
Sin embargo, un muchacho de doce años los describió con dos frases y una explicación de lo que él vivía en su "trabajo".
Si ustedes tienen que hablar de las dos pedagogías frente a un grupo, las descripciones del "pedagogo" serían muy adecuadas, pero si ustedes están con un grupo, la descripción del "panaderito" será impactante.
La distancia que media entre estar frente a un grupo, a estar con un grupo, es más o menos la misma que hay entre la Educación Formal y la Informal o Vivencial.
Un dibujo del "Correo de la UNESCO"
Tengo presente en este momento, un dibujo de las páginas centrales del ejemplar que destinó la citada revista al "Año Internacional de la Educación" en 1970. Se trataba de una niña en una cama y que, por abrigo, tenía un inmenso libro abierto. Los rasgos generales de la niña se podían identificar como humildes o tercermundistas y al pie del dibujo, una sola leyenda: "¿Se trata de aplastar bajo el saber o de despertar al mundo?".
El "panaderito" me sacó un gran libro de encima y me hizo despertar del sueño de que yo, como docente, era el que sabía. El instante fue casi mágico y al tiempo comprendí, que en esa circunstancia él había sido el maestro y yo, el alumno.
Muchas veces había sentido que estaba aprendiendo algo en mi trabajo con los grupos, pero fue la primera vez que viví lo que era estar con un Maestro.
Durante el "Primer Encuentro Nacional de Recreadores" llevado a cabo en la Rural del Prado en noviembre de 1986, referí esta historia y al finalizarla, con los ojos nublados, pude captar el impacto que había tenido entre los colegas. Por comentarios posteriores, sé que esta experiencia no la han olvidado y aún más, están "trabajando" con la enseñanza que nos deja.
Un gurí de campaña, un Ser Humano de doce años, hoy es ejemplo para muchos de los que trabajamos en Recreación y mañana, espero que sirva de ejemplo para muchos de los que están leyéndolo ahora.
Es que en la Educación Vivencial, todos enseñamos y todos aprendemos; la retroalimentación que en la Educación Formal es una condición deseable, en la Vivencial es "sine qua non".
El concepto bancario de la educación tradicional para la cual el alumno es receptor de conocimientos que el transmisor posee, se contrapone al concepto vivencial que entiende que el hecho educativo se da cuando el conocimiento se "vive" y cuando es utilizado para que dialoguemos. Es decir, el conocimiento sirve para la comunicación y ésta se da no sólo cuando transmitimos, sino que fundamentalmente, cuando recibimos.
Este es el fundamento de la Re-creación y separo este concepto para remarcarlo, por cuanto lo que pretendemos en ella es volver a crear algo y, en este caso, ese algo es el Ser Humano. Un Ser Humano que muchas veces demuestra que no es humano, cuando por ejemplo, destruye al mundo en el que vivimos.
Ese ser humano ha olvidado que él "es", en tanto se comunique, que él "es" en la medida que no prohiba que los demás "sean" y por ello es necesario re-crearlo.
Para eso, el re-creador (un educador, no un "activista") actúa facilitando la comunicación, no aplasta con conocimientos sino que actúa como "despertador".
Una cita a ciegas
Hace poco leía en un artículo sobre la Pedagogía del Ocio, una frase de Carlos Díaz extraída del libro "¿Es grande ser joven?" (Ed. Encuentro – Madrid – 1981); confieso que no he leído el libro, pero dudo que la frase, aunque fuera de contexto, no esté permanentemente reflejada en él. Díaz afirma: "Será una pedagogía de las profundidades, responderá al mar de fondo".
No es la descripción que haría un pedagogo, sino más bien, la que haría un pescador; pero en este caso, el pescador sería un Maestro. No habla con tecnicismos sino con los ojos y el corazón, haciendo que cualquier persona lo entienda.
Nos habla de un mar profundo que pugna por romper un mar superficial que lo aplasta, de un mar que quiere despertar.
La Pedagogía del Ocio, necesariamente debe ser subversiva, hacer que lo que pugna por salir, salga, que aflore; que en definitiva, "despierte" y no "aplaste".
Debe ser una pedagogía de la Vida, no de la muerte; debe ser una pedagogía del pan flauta.
Epílogo que es un pro-logo
Estimo que algunos de los lectores pueden entender que este artículo no tiene razón de ser, que no es técnico, que tal vez no nos agregue nada a mis conocimientos. Puede ser que tengan razón...
Puede ser que algunos lectores tengan ejemplos mucho mejores que los aquí expuestos para marcar una pedagogía de la vida...
Unos y otros tienen razón..., pero también la tengo yo.
Mi razón es la Praxis, la coherencia entre verbo y acto; si pretendo "despertar", tengo que actuar como revulsivo.
Al leer estas reflexiones, se habrán sentido molestos o reconfortados por experiencias anteriores y espero que nadie se haya sentido indiferente ante las mismas.
En este juego, largué una carta a la mesa. Es un reto.
Juegan ustedes...