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Nutrición

21.02.2013
Cuba
ESP |

Nutrición y deporte

La nutrición es uno de los elementos clave que les permite a los deportistas lograr un óptimo rendimiento
La nutrición de un deportista debe acompañar al ejercicio físico (ni antecederlo, ni sucederlo)

 

La nutrición deportiva debe verse como la rama de la Nutrición Humana que se ocupa de la nutrición de los deportistas, considerando ésta como parte esencial del proceso de recuperación, y con el objeto de preservar el estado de salud, incrementar el rendimiento específico, permitir el desarrollo de masa muscular y la formación adecuada de reservas energéticas (adenosín trifosfato, fosfocreatina, glucógeno, triglicéridos y aminoácidos).

 

La nutrición, en el ámbito del deporte, se ha de enfocar desde un punto de vista energético, pues al tratarse de una población más plástica y sana de lo normal, se hace necesario poner los medios para que el rendimiento deportivo en la competición sea lo más alto posible, ya que sólo unos pocos, los más dotados y entregados, harán del deporte y el rendimiento parte fundamental de unos años de su vida. Para el resto (la mayoría), el deporte constituirá un esparcimiento relajante frente a las tensiones de la vida cotidiana y un medio para mantener el cuerpo en buena forma y obtener un mayor grado de salud física, a la que contribuye esencialmente una buena alimentación, y en los que lo importante es valorar más su exceso (control de peso y porcentaje graso) que sus deficiencias.

 

Una buena nutrición por sí sola no es suficiente para llegar a ser un campeón. Sin embargo, una nutrición inadecuada puede interferir con el buen desempeño de un gran atleta cambiando una posible victoria por una derrota inaceptable. En ello incide de manera cardinal el conocer el uso que nuestro organismo da a los macronutrientes en el desempeño de la actividad deportiva. Una de las consideraciones a tener en cuenta, lo es el uso de las grasas, que es más lento, requiere más O2 comparativamente con los hidratos de carbono y provee más ATP que éstos.

 

Aparte, el lactato inhibe la movilización de AG del tejido adiposo.

 

Si bien las proteínas no tienen una función energética, en ciertas condiciones el aporte de ATP a partir de algunos aminoácidos puede tornarse significativo.

 

Al respecto de éste tema existen evidencias desde varios estudios: Essen comparó el trabajo intermitente con el trabajo continuo de 60 minutos y descubrió que en el intermitente, se utilizaba menos glucógeno y más lípidos. Symons y Jabobs evaluaron que los ejercicios de alta intensidad y breve duración no se ven afectados por bajas concentraciones de glucógeno muscular. Le Blanc concluyó en uno de sus estudios que el TID (termogénesis inducida por la digestión) de los HC es menor en sujetos entrenados, lo que provocaría un efecto de ahorro en el uso de la glucosa.

 

Hay factores que influyen en el uso de combustible y dependen de:

  • Intensidad y duración de la prueba
  • Tipo de ejercicio continuo o intermitente.
  • Dieta.


Intensidad y duración

En ejercicios de Intensidad máxima solo puede usarse glucosa como sustrato energético (anaeróbicamente). Se puede usar 18 veces más rápido que aeróbicamente.

  • Al 70% del VO2 máx. o ante un trabajo intermitente, se utiliza la glucólisis aeróbica.
  • Al 60% del VO2 máx. Se usa mitad glucógeno muscular y mitad grasa. (El estímulo simpático adrenal promueve la secreción de adrenalina y noradrenalina), que inhiben la secreción pancreática de insulina, lo que aumenta el uso de AG (ácidos grasos) para la oxidación.
  • Al 40-60% del VO2 máx. Se utiliza cada vez mas la grasas, y menos el glucógeno muscular que se va deplecionando en la medida que pasa el tiempo.

 

En cuanto a la duración, los ácidos grasos pueden surtir el 60-70% de la energía en ejercicios de una intensidad del 60% durante 4-6 horas.

 

Cuando el ejercicio es de resistencia, se agota el glucógeno de las fibras tipo I, y cuando se realizan sprints en forma intermitente se agota el glucógeno de las fibras tipo II.


Estado de entrenamiento

  • El entrenamiento facilita y anticipa el uso de ácidos grasos con el consiguiente ahorro de glucógeno (cuyo déficit produce fatiga) debido a los siguientes mecanismos:
  • El entrenamiento mejora el consumo de oxígeno, el número de mitocondrias, y los capilares. (Lo que posibilita el uso de ácidos grasos)
  • El entrenado acumula ácido láctico más lentamente y éste inhibe a la lipasa.
  • El entrenado tiene mayor reserva de glucógeno muscular (estimula la actividad de glucógeno sintetasa).
  • El entrenamiento aumenta las reservas de glucógeno y las usa menos.


Dieta

  • Una dieta rica en carbohidratos, optimiza su uso durante el ejercicio. Una dieta rica en grasas, aumenta el uso de ácidos grasos durante el ejercicio, pero disminuye la posibilidad de mantener una buena intensidad en el tiempo (por lo que no mejora la actuación.
  • Así como se mejora la aptitud física con el entrenamiento, de la misma manera varía el metabolismo en el atleta entrenado. Es decir que ante la misma ingesta calórica un sujeto entrenado puede aprovechar de manera diferente ese combustible.
  • El metabolismo es tan entrenable como las cualidades físicas.
  • Esto nos da la pauta de que la nutrición de un deportista debe acompañar al ejercicio físico (ni antecederlo, ni sucederlo).
  • Puede afirmarse que la nutrición es tarea de todo el año y no solamente de los períodos de competencia.
  • A su vez las recomendaciones nutricionales se ubican entre las "tradiciones" y la prescripción médica científica.
  • Los deportistas necesitan información en que basar las decisiones alimenticias.
Leticia Centelles Badell
Luisa Lancés Cotilla
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