Boca-River o River-Boca es un clásico único en el mundo que en estos días se ve impactado por ser ambos equipos finalistas de la Copa Libertadores de América
Finalmente se jugaron los primeros 90 minutos Boca y River de la final de la Copa Libertadores en un evento que lo tuvo todo: una suspensión por lluvia, un partido vibrante y cambiante en el marcador y la incertidumbre que solo se va a definir en la noche en el próximo partido en el Monumental.
Un clásico más que estimuló en los hinchas de ambos equipos a expresar en las redes toda la parafernalia de elementos agonísticos más allá de lo estrictamente deportivo: el lenguaje despectivo, los insultos y el ninguneo. Además se jugó (y se jugará en el segundo capítulo) en los sitios de apuestas deportivas. Algunos aprovechan y se relajan en los juegos clásicos en línea como los de ruleta.
Ambos alcanzaron la final de la Copa Libertadores venciendo a equipos brasileños: Boca superó a Palmeiras 2-0 y 2-2. Y River venció a Gremio (el último campeón del torneo) en Porto Alegre en una jugada definida por el VAR, en un partido no apto para cardíacos, luego de haber sido superado en Buenos Aires.
Es un partido que provoca las más extrañas acciones y emociones: cábalas, promesas, rituales religiosos. Desde un japonés hincha de Boca que recorrió medio mundo y se tuvo que volver sin ver el partido hasta un grupo de argentinos de la colectividad judía observantes del shabat que viajaron a Barcelona para encender el televisor en un horario permitido y así no transgredir las normas ancestrales.
Estamos frente un evento en el que todos tienen algo que hacer y decir. El propio presidente Macri (quien fue presidente de Boca Juniors) participó en debates previos proponiendo que las dos hinchadas puedan asistir al estadio, cosa que no está permitida desde hace varios años por la enorme cantidad de hechos de violencia. Hasta tratar despectivamente al director técnico de River, Marcelo Gallardo, tildándolo de "culón".
Boca-River o River-Boca es un clásico único que se ha ido volviendo más intenso con el paso del tiempo justamente porque cada nuevo enfrentamiento parece construir una historia única de este tradicional derby de Argentina.
La revancha será en la zona Norte, en el barrio de Núñez y allí viviremos y sentiremos un nuevo desenlace de esta pasión única.
Finalmente se jugaron los primeros 90 minutos Boca y River de la final de la Copa Libertadores en un evento que lo tuvo todo: una suspensión por lluvia, un partido vibrante y cambiante en el marcador y la incertidumbre que solo se va a definir en la noche del próximo partido en el Monumental.
Un clásico más que estimuló en los hinchas de ambos equipos a expresar en las redes toda la parafernalia de elementos agonísticos más allá de lo estrictamente deportivo: el lenguaje despectivo, los insultos y el ninguneo. Además se jugó (y se jugará en el segundo capítulo) en los sitios de apuestas deportivas. Algunos aprovechan y se relajan en los juegos clásicos en línea como los de
ruletas.
Ambos alcanzaron la final de la Copa Libertadores venciendo a equipos brasileños: Boca superó a Palmeiras 2-0 y 2-2. Y River venció a Gremio (el último campeón del torneo) en Porto Alegre en una jugada definida por el VAR, en un partido no apto para cardíacos, luego de haber sido superado en Buenos Aires.
Es un partido que provoca las más extrañas acciones y emociones: cábalas, promesas, rituales religiosos. Desde un
japonés hincha de Boca que recorrió medio mundo y se tuvo que volver sin ver el partido hasta un grupo de
hinchas argentinos de la colectividad judía observantes del shabat que viajaron a Barcelona para encender el televisor en un horario permitido y así no transgredir las normas ancestrales.
Estamos frente un evento en el que todos tienen algo que hacer y decir. El propio presidente Macri (quien fue presidente de Boca Juniors) participó en debates previos proponiendo que las dos hinchadas puedan asistir al estadio, cosa que no está permitida desde hace varios años por la enorme cantidad de hechos de violencia. Hasta tratar despectivamente al director técnico de River, Marcelo Gallardo, tildándolo de "culón".
Boca-River o River-Boca es un clásico único que se ha ido volviendo más intenso con el paso del tiempo justamente porque cada nuevo enfrentamiento parece construir una historia única de este tradicional derby de Argentina.
La revancha será en la zona Norte, en el barrio de Núñez y allí viviremos y sentiremos un nuevo desenlace de esta pasión única.